Hoy quiero hablar contigo sobre algo muy importante, algo que creo aun sigues sin hacer conciencia, pero que tiene un impacto profundo en la vida de tu familiar adicto. Es un discurso necesario, pero también uno que puede resultar difícil de escuchar. Te pido que abras tu mente y corazón y consideres cuidadosamente mis palabras, ya que vienen de un lugar de amor y preocupación.

Me refiero a tu comportamiento codependiente, esa actitud de sobreprotección que te impide establecer límites y reconocer tus propios trastornos y traumas personales. Es momento de que entres verdaderamente en conciencia y te enfrentes a esta realidad. Sé que puedes pensar o asumir que eres una persona sana por ser quien aparentemente mantiene la cordura. Pero déjame decirte algo, eres màs enfermo por tu codependencia de lo que jamas podrias pensar. Tu necesidad inconsciente de que el adicto sea la “basura del sistema” revela mucho acerca de tus propias heridas internas, tus miedos y tus luchas personales.

Sé que ser familiar de un adicto no es tarea fácil. Todos enfrentamos retos y dificultades en nuestras vidas, pero ser testigo de cómo un ser querido lucha contra una adicción puede ser especialmente angustiante y desgarrador.
Es natural que quieran ayudar y proteger a su hijo, padre, hermano o pareja. Sin embargo, quiero hacerles conscientes de un hecho importante y realista: sus comportamientos negativos están afectando directamente a sus familiares.

Cuando los familiares de un adicto se permiten caer en la negatividad, en la codependencia y en la incapacidad de establecer límites claros, no solo están poniendo en peligro su propia salud mental y emocional, también están marcando el camino de una vida de dificultades y tropiezos para su interno.

Cuando ceden a las demandas y manipulaciones de un adicto, cuando se convierten en un soporte constante sin exigir responsabilidades, están perpetuando un ciclo vicioso. Están enviando el mensaje de que tus propias necesidades, sueños y bienestar no importan. Esto enseña a tu familiar adicto, que es normal manipular ser manipulado, que es aceptable vivir sumidos en la dependencia y que el amor es sinónimo de sufrimiento constante. No puedo enfatizar lo suficiente lo crucial que es romper este patrón. Es tiempo de que tomen un paso al frente y se valoren a ustedes mismos y a su familiar adicto.

La codependencia es una enfermedad en sí misma y su bienestar físico y emocional no puede depender de la recuperación de un
adicto. Es necesario que decidan establecer límites claros y saludables. El amor no debe ser sinónimo de sacrificio constante.
No significa abandonar a su ser querido, sino aprender a separarse emocionalmente de su adicción.

La recuperación es un proceso largo y difícil, pero cuando trabajamos juntos, las posibilidades de éxito aumentan significativamente. Quiero que reflexionen sobre una simple pregunta: ¿qué mensaje están enviando ?, ¿Qué les están enseñando sobre el amor y la importancia de cuidar de sí mismos? Sus comportamientos negativos y codependientes están alimentando el fuego de la adicción y perpetuando un ciclo peligroso.

Por último, me gustaría enfatizar la necesidad de cuidarnos a nosotros mismos. Los familiares de adictos, también sufren durante el camino hacia la recuperación. Es comprensible que nos sintamos frustrados, tristes o incluso enojados. Sin embargo, no podemos dejar que estos sentimientos se apoderen de nosotros y afecten nuestra relación con los internos. Busquemos apoyo en grupos de ayuda, terapias individuales o cualquier otra herramienta que nos permita cuidar de nuestra salud mental.
Juntos, podemos marcar un nuevo camino, lleno de esperanza y de oportunidades de sanación y felicidad.

Paola Fernández Arrieta
Directora Terapéutica